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EL VALOR EDUCATIVO DEL JUEGO EN EQUIPO
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EN NUESTROS PROGRAMAS DE EDUCACIÓN FÍSICA
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La práctica de los juegos motores en grupo y los deportes de equipo, juegos todos ellos de cooperación-oposición con características comunes en sus tácticas y estrategias, ocupa buena parte de nuestros programas de Educación Física en Primaria y en Secundaria. A través de este artículo desearía mostraros la importancia educativa de estas actividades para los escolares.
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La práctica de los juegos motores en grupo y los deportes de equipo, juegos todos ellos de cooperación-oposición con características comunes en sus tácticas y estrategias, ocupa buena parte de nuestros programas de Educación Física en Primaria y en Secundaria. A través de este artículo desearía mostraros la importancia educativa de estas actividades para los escolares.
El juego, más allá de la diversión, es un manantial de valores formativos. El trabajo de los juegos motores y los deportes en equipo activa diversas capacidades que con la práctica irá mejorando el jugador. La mejora de dichas capacidades y los diversos valores humanos que paralelamente se adquieren, ayudan al desarrollo integro de la persona y enriquecen el comportamiento habitual de los alumnos.
[/vc_column_text][vc_empty_space height=»22px»][vc_empty_space height=»22px»][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»grid» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css_animation=»»][vc_column][vc_empty_space height=»22px»][vc_column_text]Con la práctica de estos juegos y deportes de desarrollan las siguientes capacidades:
- Habilidad perceptiva. Incluye tres aspectos que se irán progresivamente desarrollando:
- Cantidad de datos que es capaz captar el jugador en cada momento del juego.
- Calidad de los datos que se perciben, lo que obliga a centrarse solamente en las cosas más significativas de la acción de juego que se está desarrollando.
- Precisión, o sea, interpretación correcta de los datos importantes en cada momento del juego: calcular bien su propia velocidad y su trayectoria, las del balón, las de los compañeros y los adversarios.
- Capacidad de anticipación en las actuaciones. Este factor caracteriza a los grandes jugadores. Consiste en la aptitud para prever las posibles acciones de los compañeros y oponentes, así como las trayectorias de los móviles (balón); para anticiparse a ellas.
- Capacidad de tomar decisiones. Para adoptar las mejores decisiones se necesita:
- Claridad de la información que el jugador percibe en cada situación del juego.
- Selección del plan de acción adecuado, que consiste en elegir los gestos técnicos y las acciones de táctica individual más oportunas para cada actuación que vaya a realizar. Este aspecto dependerá también de los conocimientos previos del jugador.
- Rapidez en tomar las decisiones. Si la solución se decide con retraso llegaremos tarde, ya que la situación de juego habrá cambiado mientras tanto, y si se decide con precipitación tampoco se actuará con eficacia.
- Valentía para asumir riesgos.
- Eficacia en la actuación. Para que las acciones del jugador sean eficaces se necesita:
- Velocidad perceptiva y velocidad de decisión: rapidez con la que el jugador realiza el proceso de percibir los datos, analizarlos y decidir lo que hará en cada momento.
- Velocidad en las acciones con balón: pase, recepción, bote, conducción del balón, regate, tiro, remate, etc.; según deportes.
- Velocidad en los movimientos sin balón: ya sean cíclicos (carrera) o acíclicos (fintas sin balón, entradas, marcajes, desmarques, etc.).
- Precisión y calidad de las ejecuciones. Es la aptitud para realizar los diversos gestos técnicos. Dependerá del grado de coordinación de los movimientos y del nivel de condición física (velocidad, fuerza y resistencia) requeridas en cada juego.
- Capacidad de cooperación (juego en equipo) que requiere el empleo oportuno de las acciones del propio jugador y un buen entendimiento con los compañeros.
- Creatividad del jugador. Es la capacidad de resolver situaciones de juego de forma poco previsible para los adversarios. Esta capacidad debe trabajarse desde edades muy tempranas (8 años en adelante).
La adquisición de todas estas capacidades es provechosa para una mejor organización de las funciones del cerebro, que estará mejor acondicionado para controlar la ejecución de los diversos movimientos que realizamos en la vida cotidiana.
Desarrollo de virtudes humanas.
El comportamiento motor humano es inseparable de la conducta moral. Mediante el esfuerzo que requiere la adquisición de las habilidades de movimiento y la condición física necesarias para los juegos, se desarrollan ciertos valores humanos (virtudes) que perfilan el carácter y determinarán la conducta personal del alumno. Pero para que esto sea posible, es imprescindible que lo promueva la influencia educativa del profesor.
Con ánimo de resumen, señalamos ahora las virtudes más relacionadas con los juegos y deportes de equipo, agrupadas por edades. En el transcurso del desarrollo afectivo y social de los niños y jóvenes hay unas edades más adecuadas que otras para adquirir cada una de las virtudes humanas. Por ello, en el proyecto educativo de Senara seleccionamos las más convenientes para cada edad, de acuerdo con sus características.
Hasta los 7 años:
• Obediencia • Sinceridad • Orden
De 8 a 12 años:
• Dominio de sí • Generosidad • Fortaleza • Responsabilidad
• Perseverancia • Compañerismo • Laboriosidad • Justicia
• Paciencia • Valentía • Juego limpio • Aceptar la derrota
De 13 a 15 años:
• Amistad • Sobriedad • Pudor • Espíritu de servicio
• Respeto • Honestidad • Sencillez • Sociabilidad
De 16 a 18 años:
• Prudencia • Ciudadanía • Audacia • Humildad
• Lealtad • Comprensión • Optimismo
• Capacidad de Adaptación
Para terminar, quiero añadir que la adquisición de estas virtudes -tan necesarias en la vida de las personas- se logrará con más éxito cuando se apoyan desde casa en las diversas actividades de las alumnas en la vida familiar y social. En esto, como en tantas otras cosas, la colaboración de la familia es fundamental.
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María González Rodríguez
Coordinadora de Deporte SENARA
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